Columnas del 18 de septiembre
9:09 a. m.
Caminos cruzados Detrás de la Noticia Ricardo Rocha Ya los dos rebasaron el punto de no retorno. Luego de haber estado pegados, ahora vuelven a alejarse para seguir su destino. Felipe Calderón y AMLO estarán aun más distantes. Con todo lo que significa para el país que estén todavía más opuestos cada día que pasa. Felipe es el presidente electo. Y está apoyado por la legalidad que le han dado las instituciones electorales. Primero el IFE, que se apresuró a declararlo como ganador, y luego el TEPJF que, junto con él, se negó al voto por voto y luego le dio la Presidencia, pero le arrojó una carga enorme de incertidumbre al reconocer que el presidente Fox puso "en grave riesgo el proceso" y que la cúpula empresarial había quebrado la ley. En pocas palabras, una elección a todas luces injusta. Y además muy probablemente ilegal, porque cada vez que se recontó, la distancia entre Calderón y AMLO se redujo al grado de disminuir de 0.58 a 0.56 en el recuento del propio Tribunal del 9% de las casillas. En suma, el TEPJF le dio a Calderón las toneladas de legalidad que necesitaba para aplastar las impugnaciones, pero no le aportó ni un gramo de legitimidad para poder salir a la calle. AMLO habita el planeta opuesto. Confrontado con esas instituciones a las que ha mandado al diablo una y otra vez, ha vivido literalmente en la calle en estos 50 días después del 2 de julio. Sumando y restando. Consciente del enorme desgaste que ha implicado la toma de Reforma. Pero trabajando día y noche en una estrategia en tres campos: el político, el partidista y el social. Primero, el levantamiento de los plantones y el anticlímax del 15 de septiembre lo muestran comenzando un nuevo capítulo ya más de corbata. En el plano partidista, la coalición Por el Bien de Todos ahora convertida en el Frente Amplio Progresista -PRD, PT, Convergencia- desmiente las versiones de un resquebrajamiento luego del resultado oficial adverso. Aun más, el FAP se ha comprometido desde ahora a seguir respaldando el liderazgo de AMLO, a quien reconoce como el verdadero ganador en la contienda. Y en ese punto, el campo de lo social es tan o más importante que los anteriores: AMLO ha sido declarado "presidente legítimo" por más de un millón de delegados a la Convención Nacional Democrática que -aun con las simpatías perdidas- representan a buena parte de los casi 15 millones que votaron por él en las urnas. Si los panistas insisten en que es un acto menor "en una reunión de amigos" estarán cometiendo un gravísimo error de cálculo. AMLO -aunque les revuelva el estómago a sus detractores- representa una fuerza en sí mismo, incluso más allá de su partido. Un formidable luchador social que ha reunido en su torno a grandes grupos de mexicanos en ciudades y pueblos a lo largo y ancho de todo el país. AMLO está pues decidido a formar un gobierno paralelo -con gabinete y todo- que tendrá su asiento en la capital, pero que será a la vez itinerante. Como si se tratase, supongo, de una prolongación de la campaña presidencial. Todavía es un misterio cómo se manifestará este gobierno -"espejo" o "en las sombras" dirían algunos- en cuanto a acciones concretas. Pero es fácil suponer que habrá nuevos mítines en las plazas públicas, tomas temporales de vías e instalaciones oficiales, así como plantones o bloqueos con propósitos determinados. Tampoco podemos anticipar cómo este gobierno de resistencia civil se eslabonará con el FAP y con sus propios legisladores para institucionalizar no sólo las protestas sino las propuestas que surjan del contacto popular. De lo que sí podemos estar seguros es que no será tan fácil como un simple mayoriteo PAN-PRI en el Congreso para, por ejemplo, aprobar nuevas leyes que permitiesen privatizar Pemex y la CFE. Algo harán AMLO y sus huestes allá afuera. Mientras tanto, Felipe Calderón disfruta -supongo que sí- de un triunfo amargo y solitario. Cuestionado por millones, debilitado por el TEPJF, alejado de su partido y cada vez más desacreditado por un presidente que no termina de irse, dicen que ahora sí está pensando lo del voto por voto, aunque sea demasiado tarde. Quiere conjurar la pesadilla. ¿Será? -----------------> Con datos, desmiente Encinas al PRIAN Ciudad Perdida "La Jornada" Miguel Angel Velázquez
Sus constantes risas no parecían de sarcasmo o ironía contra los partidos de oposición que lo cuestionaban. Más bien se mostraba como la actitud involuntaria de quien ríe porque lo que oye es tan inverosímil o tan tonto que causa hilaridad. Podría decirse que Encinas estaba feliz, con la misma cara con que ondeó la bandera el 15 de septiembre, para gritar vivas al México libre y a la soberanía popular, pero además seguro, porque sus adversarios resultaban tan cínicamente previsibles que las respuestas a cada ataque las conocía de memoria. El informe se convirtió en un largo mentís, con cifras y datos duros, a una serie de mal informados cuestionamientos de legisladores del PRI y el PAN, en esa alianza que también se da ahora de manera natural. Y es que hay actitudes que con el tiempo se vuelven costumbres. Una sobresaliente es la de los panistas, que desde hace buen rato no pueden transitar por las entradas principales de los edificios legislativos, y huyen temerosos de la gente por las puertas traseras. Esta vez no fue distinto. Los 16 diputados locales del PAN, más su presidente en la capital, Carlos Gelista, salieron a escondidas del Palacio Legislativo de Donceles para evitar el juicio de un buen grupo de militantes del PRD que los esperaban en el portón principal, para gritarles todo lo que en el momento se les ocurriera, pero que en resumidas cuentas sólo pretendían expresar la terrible irritación que les ha causado el fraude electoral. Y como ya se hizo costumbre también, los azules, maestros de la hipocresía, lanzaron discursos plenos de provocaciones; es decir, violentos, para después sobre sus curules poner cartoncitos en los que pretendían llamar a la paz. En fin, para Alejandro Encinas, enfundado en el traje negro y con la corbata amarilla que se ha convertido en símbolo del PRD, el día del informe fue, se mire como se mire, un "día de campo", pero para los azules, que habían amenazado con armar una grande en el pleno de la Asamblea Legislativa, las dos horas y 45 minutos, más o menos, que permanecieron allí fueron un tormento. El discurso de los panistas no impactó. La gente los asustó, y terminaron como muchos cohetes chinos, que tienen mecha larga pero no explotan. En fin, todo parece indicar, si las traiciones no ganan terreno, que, para la oposición en general, en la asamblea las cosas no serán fáciles, pero para el PRIAN el horizonte pinta negro. La renuncia de humo Durante buena parte del domingo se especuló con la renuncia del subsecretario de Seguridad Pública, Gabriel Regino, quien desde hace buen rato rompió contacto con sus mandos inferiores, y también los superiores; es decir, no se hablaba ni por radio con la gente a quien comanda ni con el secretario, según se informó en la propia dependencia. En la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) no existe la mentada renuncia. Cuando menos no estaba ayer en la oficina del titular, Joel Ortega, pero lo cierto es que Regino pasó, como dicen los clásicos, una bola de humo hacia el equipo de Marcelo Ebrard, para que se le considere víctima del aislamiento en el que se halla y él mismo se construyó. O para decirlo rápido , Regino le pide a gritos chamba a Marcelo, así que ¡cuidado! Dicen que no trae muy buenos resultados de su labor en la SSP. Ya veremos en qué acaba este lío. -----------------> Dos días claves Astillero Julio Hernández López "La Jornada"
Dos días en que cambiaron los símbolos y los significados. El presidente de la República negoció el desfile militar por el Grito en Palacio Nacional y se fue a tierras guanajuatenses a lanzar vivas, sobre todo a las instituciones, mientras en la ciudad de México el mandatario local exaltaba la soberanía popular. Gobierno federal políticamente exiliado que, sin embargo, retuvo la atención convenenciera de la mayoría de los medios de comunicación, que dieron gran atención a un acto de pocos miles de asistentes, como fue el de Dolores Hidalgo, e ignoraron el masivo y activo de la Plaza de la Constitución. Noche de Gritos que fue confirmación estentórea de los Méxicos en curso: lo institucional, socialmente relegado pero mediáticamente exaltado, frente a lo popular, políticamente creciente pero mediáticamente ignorado. Fox y su esposa son empujados al retiro guanajuatense al que no quieren llegar, mientras Encinas, acompañado de doña Rosario Ibarra de Piedra y del rechiflado (es decir, que le rechiflaron mucho) Carlos Abascal, comparten balcón viendo hacia el Palacio Nacional, adonde a la izquierda no le permiten llegar. El desfile también fue escaparate de la realidad inocultable. Desde el Zócalo capitalino, centenares de ciudadanos lanzaron consignas contra Vicente Fox y el fraude electoral, mientras la banda de música hacía esfuerzos de contundencia sonora para envolver los aires de protesta. Marcha de poderío armado frente a la que contrastan la debilidad institucional del foxismo y la enjundia opositora de los seguidores de López Obrador. La convención nacional democrática no fue un ejercicio académico de discusión, y el sistema de votación a mano alzada entre multitudes nunca será el más detalladamente democrático, pero quienes fueron la tarde del sábado al Zócalo tenían decisiones tomadas y los resultados habidos reflejaron en términos generales el sentir colectivo salvo en puntos polémicos, como la inclusión de Carlos Imaz en una de las coordinaciones de trabajos futuros. Fue un error sin paliativos esa designación, pues ayuda a los adversarios del lopezobradorismo a sostener la tesis de que este movimiento se ha financiado de formas irregulares, como las videograbadas por Carlos Ahumada para dañar selectivamente a personajes del entorno del tabasqueño cuando era jefe de Gobierno. Ya de por sí la nómina de los comisionados del movimiento andresino es suficientemente densa como para agregar una polémica designación más; son los riesgos del caudillismo cuyo gallo no sufrió la pérdida ni de una pluma en la convención que algunos esperaban pudiera convertirse en un programa discutido y compartido y no en una aclamación multitudinaria de acuerdos previamente impresos: una decisión de López Obrador, meses atrás, coló a Porfirio Muñoz Ledo al primer círculo del combate al foxismo al que el mismo PML había servido y aplaudido en campaña y en el gobierno. De nada sirvió el público y masivo rechazo a la reaparición del saltimbanqui de oratoria vetusta y rentable que forma parte de un elenco político igualmente criticable. Imaz no es personalmente ni un corrupto ni un camaleón político, pero las circunstancias de la política lo marcaron y un movimiento que se enfrenta a tan fuertes intereses como es el de López Obrador no se puede regalar el gusto de buscar una reivindicación individual a costa de descalificaciones generales. La designación de AMLO como "presidente legítimo" es la clave para el futuro que correrá a gran velocidad de aquí al 1º de diciembre. El análisis mediático que dominará en lo inmediato la cartelera de paga insistirá en descomposturas mentales del tabasqueño. Un loquito seguido por hordas de resentidos sociales o de activistas pagados o movidos por promesas de ayudas posteriores, dirán muchos de quienes comentan u opinan en diarios y medios electrónicos. Será muy fácil insistir en el despropósito que anima a quien se declara presidente de México sin contar con sustento legal ni acceso al aparato de gobierno. La descalificación y el linchamiento continuarán, junto con el acrecentamiento del odio y la polarización sociales. Pero el nuevo escenario político, las nuevas claves, no son tan sencillos ni predestinados como quisieran los defensores del sistema y los intereses predominantes. La presidencia activa de López Obrador es la mejor manera de oponerse, desgastar y tal vez impedir la presidencia furtiva de Calderón. Renunciar a esa posibilidad hubiera significado allanar el camino a Felipe y trasladar la inercia de la protesta conjuntada hasta ahora a fechas casi improductivas como serían la primera quincena de diciembre o la segunda de enero de 2007. López Obrador mantendrá vigencia política (y presencia en los medios, aunque sea negativa, condicionada y adulterada) y eso es lo que más irrita a sus adversarios, que si lo vieran irremisiblemente derrotado ni caso le harían. México vive una crisis política y la supervivencia de López Obrador (así sea con figuras discutibles, como la de "presidente legítimo") impide que esa crisis sea resuelta, como otras anteriores, mediante arreglos de cúpula. La corriente social aglutinada alrededor de AMLO mantiene peso y presencia que podrán crecer si continúan los errores de Fox y Calderón, pero que también podrían naufragar si el caudillismo, el pragmatismo y la poca discusión real continúan siendo sus características predominantes. ¡Hasta mañana! [+/-] muestra/oculta esta entrada |