Gracias a Francisco por escribir y enviar las "caricaturas sin monitos".
El drama Caricatura sin Monitos Sin pretender iniciar una polémica mediante la utilización de géneros teatrales, el encabezado de hoy, lo único que busca, es dar la connotación adecuada a la situación que sufrimos actualmente en el territorio nacional.
En una ciudad tan grande como la nuestra, es muy difícil conocer a todos nuestros vecinos. Pero, lo cosmopolita en las urbes de cemento son los medios de comunicación en abundancia. Paradójicamente, de esa manera impersonal en ocasiones puede uno, mantener un vinculo con alguien que sin saberlo, vive a unos cuantos pasos de uno.
Hace poco menos de seis años, a través del correo electrónico, sostuve un intercambio con la escritora Amparo Espinosa Rugarcía, que en ese entonces tenía una colaboración en el periódico El Universal. El tema principal era el gobierno naciente en aquellos momentos. Yo aseguraba, que nos esperaba un gobierno tan malo como el peor. Después de exponer mis razonamientos, y en vista de que ella era totalmente contraria a mi forma de pensar, apostamos un café a nuestros respectivos puntos de vista. Tan seguro estaba de ganar, que en el último correo que le mandé le dije que me gustaba con crema.
Desde luego que gané. Y, doy por descontado, que no se me pagará el café. Ese, es el verdadero drama que pasamos actualmente en nuestro querido México. No, el que no se paguen las apuestas, sino que, no se acepte el fracaso rotundo de lo que quiso ser algún día, gobierno.
Dramático es el desvanecimiento (no sea mal pensado e imagine al saliente en el hospital el próximo viernes en vez de estar en la cámara de diputados), pero no me refiero al "changazo" como le oí decir al señor de la basura cuando comentaba la caída de Fox, mi referencia es a la acepción de quitar duda y sospecha de que este gobierno ha sido el peor de los últimos treinta años, y mire que tenia fuertes rivales.
Porqué, sin duda de por medio, éste sexenio fue desvanecido por disgregado, por etéreo. Y tampoco existe nada que lo cubra en cuanto al drama. Fue desnudado, debido justo a su mayor complicidad: los medios, que jamás podrán decir que en esta feria, les fue de la patada.
Catastrófico es el final de lo que jamás tuvo un principio, pues, se hicieron a un lado todos los vocablos homónimos y se guardaron bajo sesenta llaves de meses, las normas éticas. Facilitando el saqueo, autorizando a una caterva disfrazada, a cometer toda clase de excesos en nombre de la decencia y la moral.
Menudo trabajo nos queda. Desvanecer de nuestra mente, el pésimo recuerdo de todos estos tiempos. Aunque los sucesos que brotan por doquier (al igual que los muertos), no nos lo permitan.
Por último, una cosa es segura, la memoria de esta administración del CAMBIO, tendrá, la primera errata desde el título, pues, llevará en mayúsculas, su verdadero apellido: DESASTRADO.
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