Artículo del NYT del 7 de septiembre traducido
4:46 p. m.
Este es el artículo publicado el día de hoy en el New York Times, en el que se habla del concepto que se tiene en México sobre el fraude electoral. Traducción: hoypg.blogspot.com Larga historia de fraude electoral se mantiene en la psique mexicana. Por James C. McKinley Jr. Publicado: septiembre 7, 2006 "The New York Times" Felipe Calderón fue nombrado el siguiente presidente de México el martes por un tribunal que confirmó que la votación fue básicamente libre y justa. Aún así, una gran parte de los votantes cree que la elección fue estropeada por el fraude y que las instituciones electorales son corruptas. A cierto punto, es debido a que su rival izquierdista Andrés Manuel López Obrador, ha emprendido una fiera campaña para persuadir a sus seguidores que su leve desventaja el 2 de julio fue parte de una gran conspiración entre el presidente Vicente Fox y líderes empresariales para negarle la victoria. Pero ¿por qué entre un cuarto y un tercio de los votantes, según recientes encuestas de opinión, coinciden con el? Una razón es la historia. Después de décadas de un régimen unipartidista sostenido por elecciones fraudulentas, muchos mexicanos aún desconfían profundamente de sus instituciones y cortes. Pero también es porque los mexicanos tienen una noción muy diferente del fraude electoral a la de los votantes en Estados Unidos, una noción que va más allá de rellenar casillas. Eso no es decir que no hubo pistas de fraude convencional. El Sr. López Obrador señaló que más de la mitad de las actas de cómputo de las 130,000 secciones contenían errores aritméticos, una señal de incompetencia esparcida entre los funcionarios de casilla, o de boletas extra mágicamente apareciendo en algunas casillas y desapareciendo de otras. El tribunal electoral conformado de siete miembros rechazó ese argumento, achacando las irregularidades a errores humanos, que dijeron, afectó a todos los partidos, y que eso no podía ser fraude. También negaron la petición de la izquierda de un recuento total basado en los errores. Pero la concepción mexicana de fraude es fuertemente expansiva, comparada con las tradiciones de Estados Unidos, y ante ese escenario, los gritos de fraude se vuelven más plausibles. Por ejemplo, la mayoría de los simpatizantes del Sr, López Obrador se quejan amargamente de la "intervención " del presidente Fox en la elección. También hablan de "una elección de estado" y de la "imposición" del candidato del partido conservador del Sr. Fox, Felipe Calderón, a quién el tribunal electoral finalmente proclamó presidente electo el martes. El presidente también advirtió contra "cambiar de jinete" a la mitad del camino y dijo que la ayuda del gobierno a los pobres, una parte central de la campaña del izquierdista, pondría en bancarrota el futuro de los mexicanos. Mientras tanto, la administración de Fox gastó extravagantemente en mensajes públicos pagados alabando los logros gubernamentales. Tal uso de los recursos federales para transmitir propaganda puede parecer poca cosa en Estados Unidos, pero en México es contra la ley que un presidente o cualquier oficial electo emplee recursos públicos para hacer campaña al candidato de su partido. La ley está enraizada a la historia. Por siete décadas, antes de la elección de Fox, México fue gobernado por un solo partido, con el presidente en turno eligiendo a su sucesor y esparciendo coacción del voto con dinero para asegurar que fuera elegido. La ley electoral no prohíbe explícitamente a un presidente expresar su apoyo por un candidato, pero los magistrados dijeron en su dictamen el martes que el Sr. Fox casi ponía la validez de la elección en duda. Peor aún en las mentes de muchos izquierdistas están las acciones de varios líderes empresariales. Hacia el final de la campaña, la asociación de negocios más grande, al igual que algunas grandes compañías gastaron más de 19 millones de dólares en anuncios publicitarios, dirigidos a socavar al Sr. López Obrador, quien prometió aumentar los impuestos a los ricos y a las empresas. Los anuncios nunca mencionaron ningún candidato por su nombre. Pero muchos de ellos decían, por ejemplo, que México no necesitaba a un dictador como Hugo Chávez de Venezuela, con quien los enemigos de López Obrador comparaban constantemente. Algunos mencionaban que la economía de México había permanecido estable por 10 años y decían que "apostar a un cambio" podría traer una crisis económica. Los jueces llamaron a estos anuncios "propaganda negra". Los votantes de Estados Unidos están acostumbrados a estas campañas de "dinero fuera de los límites de la campaña" y no les afecta. Pero aquí, de nueva cuenta, dichos gastos son ilegales bajo la ley electoral y es considerado como fraude por muchos de los simpatizantes del Sr. López Obrador. Los magistrados coincidieron, diciendo que los lideres empresariales habían quebrantado la ley. Pero dijeron que el impacto era muy leve para garantizar la anulación de la elección. Más allá de estos grandes argumentos hay una serie de argumentos más pequeños que han sembrado duda entre los fieles en el izquierdista Partido de la Revolución Democrático. La decisión de los magistrados de no ver los errores en las actas como evidencia de fraude ha alimentado las sospechas de que la corte no es de fiar, una teoría que el Sr. López Obrador reitera en cada discurso y que es fortalecida por la larga historia del país de jueces corruptos, aun que ninguna prueba haya sido presentada. Los seguidores del Sr. López Obrador tampoco tienen confianza en el Instituto Federal Electoral, el cual organizó la elección. En octubre de 2003, cuando los líderes del congreso hacían tratos para seleccionar a los miembros del consejo del instituto, el partido del Sr. López Obrador fue excluido. Desde entonces, los izquierdistas han visto con sospechas cada decisión que toma el instituto electoral. Al final, el fallo de la corte habrá puesto al Sr. Calderón en la oficina presidencial, pero no ha disipado los sentimientos entre los seguidores del Sr. López Obrador de que fueron robados. "Que más pruebas necesitas" dijo uno de los simpatizantes de López Obrador, Enrique Ramírez, después del dictamen, "En sus asambleas, Andrés Manuel nos ha dado las pruebas del fraude, y le creemos, o al menos yo si". El Sr. López Obrador ahora llama a una "Convención Nacional" este mes para instaurar una desobediencia civil que "refunde la República" y reforme "las instituciones que no merecen ningún respeto". Qué tan lejos puede ir el movimiento y si puede permanecer pacífico aún está por verse y puede depender de que tan profundas sean las sospechas de fraude, como han sido vistas en México, corran. Lo que es seguro es que el Sr. López Obrador se ha definido a si mismo para muchos votantes como el candidato que perdió la elección, no por sus propios errores sino porque todo el aparato del estado trabajó contra de el. Es una vieja canción en México, una de la que muchos conocen la letra. [+/-] muestra/oculta esta entrada |