Editoriales del 21 de Octubre
10:26 p. m.
AMLO ¡Hasta las últimas consecuencias! Alfredo Padilla Penilla Shakespeare exclamó: Hay algo podrido en Dinamarca. Y de manera similar, no solamente hay algo podrido en México, sino muchísimo, en cantidades industriales, al estilo del capitalismo salvaje. Siendo así, hay algo urgente por hacer; no precisamente en Dinamarca, sino en México, ahogado por el drama de la imposición: un llamado Presidente electo, pelele de la nauseabunda mafia política empresarial del neoliberalismo imperante: Felipe Calderón; y un líder de la clase media y pobre, Andrés Manuel López Obrador, considerado por sus simpatizadores como Presidente legítimo. AMLO se ha convertido en un dirigente itinerante de la oposición, en plena campaña por reconquistar lo que el fraude electoral le negó: constituirse en el próximo primer mandatario de México. Ello hace presente la odisea de Francisco l. Madero cuando luchó contra Porfirio Díaz -dictador por más de tres décadas- por la Presidencia de la República. Díaz encarceló a Madero en San Luis Potosí. Al fugarse de allí, Madero lanzó, su Plan de San Luis el 5 de octubre de 1910 Y convocó al pueblo a rebelarse. Con esta proclama se inició la Revolución de 1910, que produjo más de un millón de muertes. Al final de la cruenta lucha el general Díaz fue derrocado y en 1911 desterrado a Francia, en donde murió a los 85 años de edad. Madero ocupó legítimamente la Presidencia mediante elecciones. Su triunfo fue arrollador, contó con el apoyo popular. Pero el 22 de febrero de 1913 fue asesinado junto con el vicepresidente José María Pino Suárez, a consecuencia del "Pacto de la Embajada" concertado entre el "chacal" Victoriano Huerta y el intruso embajador de Estados Unidos en México, Henry Lane Wilson. La Revolución Mexicana prosiguió en otra etapa. Venustiano Carranza se rebeló contra el chacal Huerta con el Plan de Guadalupe, suscrito el 26 de marzo de 1913 para restablecer el orden legal. Triunfó, y como fruto revolucionario, se dotó al país de la Constitución de 1917, de rico contenido social, ahora pisoteada, transgredida y hecha a un lado por los gobernantes tecnocráticos, cómplices de saqueadores y bandidos. La hazaña del Apóstol de la Democracia, Francisco I. Madero, en su lucha contra el poder constituido y venal, puede significarse como vía paralela ante la actitud de Andrés Manuel López Obrador quien se rebela contra la imposición y el fraude electoral del 2 de julio. Nada menos se enfrenta al salinato, a los tecnócratas, a los banqueros y empresarios corruptos, Quienes gozan de total impunidad, tal y como Madero se enfrentó a la deshonesta dictadura de Díaz. Mientras tanto, allí están inmersos en la podredumbre para lanzar a México al despeñadero, no sólo Carlos Salinas de Gortari, sino Ernesto Zedillo Ponce de León, Vicente Fox Quesada, Diego Fernández de Cevallos, Enrique Jackson, Mariano Azuela, Emilio Gamboa Patrón y demás ola de facinerosos. DECADENCIA DE LA DICTADURA Prosigamos con el relato revolucionario. Ángel Miranda Basurto nos dice en su libro de historia La Evolución de México, cuarta edición (Editorial Porrua, México, 2001): "Hacía 1910 el régimen porfirista se hallaba en completa decadencia política, económica y social. El general Díaz había envejecido y con él sus colaboradores y la dictadura"; entonces se rompió el equilibrio nacional. Agrega Miranda Basurto: "La alianza entre los latifundistas mexicanos y los capitalistas extranjeros no podrá ya seguir subsistiendo, pues el estado feudal del país era incapaz de producir las condiciones que permitieran seguir aumentando los beneficios de la burguesía extranjera". Desde luego, dicho historiador destaca el carácter subordinado de nuestra economía a partir del porfiriato: "La penetración sistemática del capital extranjero en nuestro país para la explotación de la riqueza nacional, con lo cual nuestra economía adquirió un carácter semicolonial, por depender de los intereses de la burguesía capitalista de Europa y los Estados Unidos. Relata cómo se otorgaron concesiones a los norteamericanos para construir casi todos los ferrocarriles del país; a los españoles, las concesiones para restablecer la industria de hilados y tejidos; a los franceses el permiso para explotar riquezas naturales y fundar instituciones de crédito; a los ingleses, la mayoría de las concesiones mineras y el control del Istmo de Tehuantepec. Afirma Miranda Basurto: "Las nuevas industrias dieron ocupación a millares de trabajadores, los cuales llevaban una vida miserable, con mezquinos salarios y soportando los malos tratos de patrones y capataces, lo cual trajo consigo la formación de agrupaciones de resistencia, y más tarde el choque brusco entre obreros y capitalistas, protegidos estos últimos por el Estado". Describe Miranda Basurto que el régimen porfirista protegió a los fuertes capitales, la mayoría extranjeros sobre los menos desarrollados. Las poderosas compañías internacionales se apoderaron prácticamente de la economía nacional, en los ramos agrícolas, petroleros, mineros, industriales, comerciales, banqueros en perjuicio de los pequeños inversionistas. El estado social del país se caracterizaba por la explotación inmoderada de las riquezas nacionales y del pueblo en condiciones intolerables; tanto las clases trabajadoras, como los campesinos, indios y. mestizos, estaban subordinadas al capitalismo extranjero, con miserables salarios y trabajos agotantes. Predominaba el partido llamado de Los científicos, o sea los ricos que integraban una oligarquía en beneficio extranjero. Prevaleció el caciquismo, las restricciones a la libertad de expresión, se combatió la legítima organización de los trabajadores. Desde luego, los pequeños propietarios y comerciantes no podían competir con los grandes consorcios extranjeros por lo cual se vieron obligados a abandonar sus pequeños negocios, convirtiéndose en empleados y servidores a sueldo. SIMILITUD DEL PORFIRIATO CON EL NEOLIBERALISMO ACTUAL Al recordar esta dramática situación del porfiriato, se advierte la gran similitud existente con la situación política, económica y social de este nuevo siglo y milenio, bajo la égida del salinato y el neoliberalismo, sinónimos de capitalismo salvaje. Desgraciadamente este paralelismo entre la dictadura porfiriana y la dictadura neoliberal que conlleva miseria y pavorosa injusticia social e individual, no ofrece otro panorama que la acción popular, que la lucha directa, sin concesiones contra los actuales explotadores del pueblo. He allí cómo ha surgido la figura de Andrés Manuel López Obrador, con arraigo popular, defensor de los legítimos intereses de la clase media y pobre. Si la oligarquía tecnocrática y globalizadora se empecina en perpetuar su dictadura despiadada, no queda otro camino que seguir adelante con el reclamo popular, con la lucha para abatir la pobreza y la ignominia nacionales, hasta sus últimas consecuencias. 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