Editoriales Internacionales
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El siguiente es un artículo publicado en el Reino Unido el día de ayer, en el que ven más allá el proceso postelectoral que vive México. A diferencia de lo que dicen loss panistas, el autor hace un análisis más profundo a las acciones del presidente legítimo de México. Artículo traducido por HoyPG La doble visión de México El líder de la izquierda mexicana alega ser el presidente verdadero, pero existe un método en su "locura". Maxwell A Cameron El líder de la izquierda mexicana se reusa a aceptar la derrota en la elección presidencial que se sostuvo el 2 de julio. Sus simpatizantes han proclamado a Andrés Manuel López Obrador, candidato de la Coalición por el Bien de Todos, el "presidente legítimo de México". Una toma de poseción paralela está planeada para el 20 de noviembre, y López Obrador promete impedir la poseción oficial programada para el 1 de diciembre. Se está embarcando en una aventura que pone en peligro la izquierda y a la emergente democacia Mexicana? ¿O conducta evidencía una crisis más profunda en las instituciones de México? La respuesta puede ser un poco de ambos. En respuesta a una casi leguleya decisión de la corte que dio la victoria al candidato conservador Felipe Calderón del Partido Acción Nacional, y negó un recuento en la cerrada elección presidencial de México, más de un millón de seguidores de López Obrador se concetraron en la plaza central de México, D.F., o Zócalo, el 16 de septiembre. El entorno era civil y pacífico, con un toque de carnaval. Gracias a las celebraciones de independencia, y al desfile militar unas horas más temprano, el Zócalo estaba adornado con luces coloridas que pintando fechas pátrias, símbolos, y héroes. Inaugurada la Convención Nacional Democrática (CND), la asamblea fue la primera de numerosas reuniones civiles sostenidas en toda la nación. Se convino una nueva alianza izquierdista llamada el Frente Amplio Progresista (FAP) que reemplaza a la Coalición por el Bien de Todos , y está compuesto por el Partido de la Revolución Democrática (PRD) y partidos más pequeños- el Partido del Trabajo (PT) y Convergencia. A pesar de retrasos causados por una lluvia torrencial, los delegados congregados escucharon pacientemente a las resoluciones desde el templete, mientras asentían mostrando las manos. Una resolución llamada la abolición de los privilegios y la corrupción del viejo régimen; otra el repudio a la usurpación del poder por Calderón. A los delegados se les dio la opción entre aceptar a López Obrador como el líder de un movimiento civil y pacífico de resistencia, o proclamarlo el presidente legítimo de México. Una inmensa muestra de manos aprobó la segunda opción. Delegados autorizaron que el presidente seleccionara un gabinete y entonces aprobaron un programa de cinco puntos para crear reformas sociales y políticas. Se nombró a personajes prominentes para encabezar las comisiones para organizar la resistencia y restaurar el orden republicano de México. Cuando López Obrador se dirigió a la multitud negó cualquier interés personal por asumir la presidencia, diciendo ese deber le fue impuesto en él por la descomposición del orden político. Él llamó a Fox un "traidor a democracia" quién había conspirado con otros líderes - incluyendo al ex presidente Carlos Salinas- quitarlo de la oficina durante su tenencia como la cabeza del gobierno de México, D.F., con la meta de impedir su registración como un candidato presidencial. Declarando "no nos vamos a rendir", López Obrador llamó a sus simpatizantes a evitar la violencia e intimidación, pero no le ofreció ninguna clemencia a Calderón. Se organizarán protestas dondequiera que Calderón aparezca en público desde ahora hasta su toma de poseción. López Obrador concluyó diciendo que como presidente él representará la esperanza de la gente; representará sus sentimientos y deseos en un movimiento para reformar la república; y enseñar a aquéllos en el poder a respetar la voluntad popular. ¿Qué debemos suponer de esta proclamación extraordinaria de un presidente por una asamblea que era al mismo tiempo demasiado pequeña para ser representativa y muy grande para ser deliberativa? Los detractores de López Obrador apuntan a una racha mesiánica y dogmática en su liderazgo. Él no sabe perder, o ha perdido la razón, ellos sugieren. Aún peor, él está derrumbando la izquierda con él, y desestabilizando la naciente democracia de México en el proceso. En las palabras de Cuauhtémoc Cárdenas, un fundador del PRD, es un "error graso" para López Obrador pretender ser el presidente legítimo de México. Aún asi, no hay nada en el discurso de López Obrador para sugerir que él es otra cosa más que álguien de una fuerte voluntad, un político racional al que gusta el poder. Así que, ¿cuál es su apuesta? López Obrador sabe que, le guste o no, Calderón será presidente de México - por ahora. Según un dirigente estratega de PRD, su meta realista es construir un movimiento en las calles que iguale la impresionante fuerza del PRD dentro de la legislatura con miras hacia las elecciones legislativas del 2009. Una mayoría del congreso habilitaría las reformas constitucionales por medio de un plebiscito seguido por una asamblea constitutiva. Esto debe parecer familiar a los seguidores de la carrera del presidente Evo Morales en Bolivia. Calderón podría encontrar la clase de justicia política que ha acortado el término en la precidencia de muchos de sus colegas sudamericanos. López Obrador ha sido cauteloso para desafiar el orden constitucional simbólicamente, mientras que evita cualquier acción que podría traducirse como ilegal o rebelde. Esta estrategia "semi-desleal" podría, sin embargo, acelerar el destruir el prescario orden constitucional de México. La estrategia de López Obrador también se explica por un complejo juego interno dentro de la izquierda. El notoriamente fisionado PRD está compuesto de múltiples proyectos con visiones que compiten entre sí. López Obrador ha aumentado en gran manera las fortunas electorales de la izquierda, pero su retórica belicosa podría minar los intereses de líderes parlamentarios que desesperan ante la imposibilidad de lograr resultados legislativos con tal de que ellos ni siquiera están en condiciones de hablar con el gobierno. Hay, sin embargo, un método en la locura de López Obrador. En el sistema presidencial de México en el que el ganador-lo-toma-todo, el candidato perdedor es dejado fuera del poder. Por consiguiente, su liderazgo es vulnerable. Construyendo un movimiento en las calles basado en el ultraje apesar de las evidentes irregularidades y las claras anomalías en proceso electoral, López Obrador está construyendo para sí mismo, una base de poder que hará a su liderazgo más difícil de atacar. No todos en la izquierda creen que a López Obrador se le haya negado la victoria por un fraude generalizado o sistemático, y no hay ninguna prueba fehaciente para demostrar que ocurrió, aún asi, investigadores junto con el PRD insisten en que hay bastante evidencia de que se agregaron o se sustrajeeron votos en el cómputo final para alterar el estrecho margen de victoria en la carrera presidencial. Carlos Fuentes discrepa. Él se pregunta por qué López Obrador alega el fraude en las elecciones presidenciales, pero no tiene ninguna queja sobre las del congreso o de las elecciones del Distrito Federal. dónde el PRD tuvo buenos resultados. Semejantemente, la neutralidad estudiada de Cárdenas en la materia habla fuertemente, así como su queja de que el medio de López Obrador incluye a operadores políticos, como Manuel Camacho quien participó en el fraude de 1988. Disentir a lo largo de estas líneas podría producir cismas futuros. Si hay una caída con el PRD, López Obrador podría abrir una nueva franquicia política. Calderón ya está cortejando los elementos blandos en la dirigencia del PRD. López Obrador prefiere los movimientos sociales a la política parlamentaria. Al dirigir asambleas las masivas de la CND, recorriendo el país para conseguir el apoyo para una nueva asamblea constituyente, y desarrollando estrategias de resistencia civil y pacífica, él puede estar tendiendo las bases para una nueva organización partidaria. El prospecto de una izquierda radicalizada jurada a obstruir a un gobierno conservador débil crea un espectro de caos e ingobernabilidad, por lo menos en las fortalezas del PRD en el sur y en el D.F.. No tiene sentido, sin embargo, lamentar la negativa de la izquierda mexicana de "aceptar verdaderamente a la economía de mercado, la democracia representativa, y el mandato de la ley." ¿De qué mandato de la ley, de qué democracia representativa, y de qué mercado estamos hablando? López Obrador es el síntoma, no la causa, del malestar institucional. La izquierda refleja los dualismos y contradicciones en la sociedad mexicana. La sociedad mexicana refleja a sí misma, dos grandes visiones que compiten entre si de democracia están trabajándose dentro de la izquierda. Una está basada en la oposición parlamentaria y busca crear unas totalmente funcionales instituciones representativas como un paso necesario hacia la democracia social. La otra está basada en los movimientos sociales y busca usar el poder de la gente, asegurado por un caudillo, para negar a los gobernantes la habilidad de mantener los privilegios de unos cuantos. El desafío durante los próximos meses y años será reconciliar estas visiones distintas de democracia, dado que ninguna podría ser viable por si misma. En el Zocalo, en la tarde del 16 de septiembre eran los movimientos sociales y su líder quienes ejercieron su voz y exhibieron su visión de democracia en las calles. [+/-] muestra/oculta esta entrada |